MADURACIÓN CEREBRAL Y DESARROLLO COGNOSCITIVO*

El sistema nervioso suele dividirse en sistema nervioso central (SNC), que incluye cerebro y médula espinal; y sistema nervioso periférico (SNP), formado por el sistema nervioso autónomo y los nervios craneanos y espinales. Se estima que el SNC del ser humano contiene 10 a la 9 neuronas, sin contar el cerebelo que contendría unas 30 x 10 a la 9; la cantidad aproximada de células gliales podría ser de unas 10 a la 12 (Majovski, 1989). La conducta humana es el resultado del funcionamiento integral de este conjunto de células nerviosas (McClelland & Siegler, 2001).
El desarrollo del sistema nervioso, como un sistema separado, se inicia aproximadamente 18 días después de la fecundación. En el embrión se diferencian el ectodermo y el endodermo y, en medio de los dos, el mesodermo. El SNC se desarrolla a partir de la placa medular del ectodermo, que se convierte en el tubo neural, alrededor del cual se forman posteriormente cerebro y medula espinal. Ya a las cuatro semanas de gestación se observa una proliferación celular en las paredes del tubo neural así como el desarrollo de tres vesículas que van a dar origen al cerebro anterior (prosencéfalo), al cerebro medio (mesencéfalo) y el cerebro posterior (romboencéfalo). A partir de la quinta semana comienza la diferenciación de cada una de estas estructuras cerebrales. Del prosencéfalo surgen el telencéfalo (hemisferios cerebrales, sistema límbico y los núcleos basales) y el diencéfalo (tálamo e hipotálamo); del mesencéfalo surgen el tectum y el tegmentum, y a partir del romboencéfalo se desarrollan el metencéfalo (protuberancia y cerebelo) y el mielencéfalo (bulbo raquídeo). Desde la novena semana hasta el nacimiento la mielina comienza a formarse y se desarrollan las fisuras y las circunvoluciones de la corteza
 cerebral así como las comisuras ínter cerebrales.

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